Publicado el 20 de jul, 2021

Ana María Lecumberri: “El triatlón llegó de casualidad y se transformó en mi vida”

La Jefa Técnica del Triatlón UC y entrenadora de Diego Moya, no tuvo un inicio fácil en la actividad deportiva. Una lamentable lesión le impidió continuar con su carrera de velocista, y cuando intentaba no abandonar su sueño en el atletismo, apareció en su vida el casi desconocido triatlón. Sus sueños de niña, su posterior estudiantil y su mente altamente competitiva; aquí pudimos saber un poco más de la gran formadora de triatletas de Chile.

 

 

Por Camilo Torres Sandoval

Ana María Lecumberri nunca quiso ser triatleta, es más, jamás pensó en dedicarse a aquello. “Todo llegó de casualidad y paradójicamente a raíz de una lesión”, comienza contando el Jefe Técnico de Triatlón UC. Lecumberri era velocista, su prueba eran los 100 metros planos y el foco de su corta vida en ese entonces, era tener una carrera competitiva como atleta: hasta que llegó la lesión. “Sufrí un desgarro importante y lamentablemente no pude seguir, para mí fue algo muy fuerte y también frustrante, porque era bien competitiva en el atletismo”.

Así fue como Ana llegó a entrenar al gimnasio El Olimpo, solo para intentar recuperarse, cuando la invitaron a participar de un grupo de entrenamiento. “¿Sabes nadar ?, fue lo primero que me preguntaron. Dije que sí y empecé nadando 1.000 metros continuados. '¿Sabes andar en bici?' luego y así fui avanzando. Todo comenzó como un juego y yo me sumaba cuando me invitaban. Este desafío llegó por sí solo a mí y partí en el triatlón ”, recuerda Ana.

Lecumberri estaba en su última etapa escolar cuando conoció el que ahora ha sido el deporte de su vida. Pese a que estaba enfocada en el deporte, sus padres le dijeron que tenían que sacar una carrera: ella deseaba estudiar Licenciatura en Arte. “Yo hacerlo pero mi papá no, yo quería que debía estudiar 'algo que me permitiera vivir'”. Ana hacía diferentes manualidades, pintaba, bordaba y hasta el día de hoy pinta en su casa. Al terminar el colegio buscó por todas las formas posibles dedicarse al arte, pero no halló la forma de hacerlo sin el permiso de su padre. Al final, tuvo que buscar otra carrera.

“Entré a estudiar Ingeniería Comercial a la U. Diego Portales. El primer año me fue bien y al segundo año me di cuenta que eso no era lo mío ”, recuerda la actual entrenadora de Diego Moya. Así fue como, impulsada por su padre a terminar una carrera, decidió estudiar Administración de Empresas en el INACAP; tras eso el camino estaba bastante claro para su futuro: Pedagogía en Educación Física.

Al estudiar esto, comenzó el camino de Ana María Lecumberri en las escuelas de Triatlón UC, donde sería su casa hasta el día de hoy. “Fui invitada a participar y con mi formación y mi experiencia como atleta, empecé a estructurar esto. Pasar asistencia, hacer controles, ver diferentes técnicas de carrera, era todo nuevo ”, señala la Dama de Hierro, como le empezaron a llamar.

El tema de la preparación física dentro del triatlón era bastante desconocido y ella comenzó a hacerlo de forma funcional, cosa que los niños aprendieran y se desarrollaran. “El triatlón era un deporte nuevo y los entrenadores son de compartir poco sus conocimientos. Tuve que tomar varios cursos para aprender, desde primeros auxilios hasta Mountain bike. Todo sirvió ”.

Con información teórica y aplicándolo a lo más práctico, Ana María empezó a ver cómo sus triatletas se desarrollaban en la escuela de la UC, pero rápidamente fue catalogada como una mujer estricta dentro del mundo deportivo. “Me llamaban 'Sargento Lecumberri' o 'La Mujer de Hierro', porque era muy dura. Pero la verdad, yo venía de una formación en atletismo que tenía horario, y solo quería el compromiso de los alumnos, porque también me comprometía con ellos. Yo sabía que era de estructura rígida, pero así me formé ”, recuerda Ana María.

Así fue cómo empezó a desarrollar su carrera de entrenadora, hasta llegar a convertirse en una de las mejores del país. Cuando habla de sus ideologías bases, las palabras 'compromiso' y 'disciplina' son fundamentales para ella. “Mi base es mi formación. Tener valores, ser y respetar el equipo. Aquí todos hacemos 'la pega' en conjunto, este deporte es individual, pero se trabaja en equipo. El compañerismo es súper importante, saber esperar al otro, entender que no somos máquinas, que somos personas y que esto necesita trabajo de varias horas ”, recalca orgullosa Lecumberri.

Ana María lleva años formando grandes triatletas que incluso alcanzan el máximo nivel de competencia. Por sus manos han pasado Felipe Barraza, Valentina Carvallo, Bárbara Riveros y ahora último Diego Moya, triatleta del Club Deportivo Universidad Católica y reciente clasificado a los Juegos Olímpicos con tan solo 22 años.

Con respecto a Tokio 2020, Ana María lo tiene muy claro. “Diego es el triatleta más joven inscrito en los Juegos, y más que sumar experiencia, la expectativa es que sea competitivo en la competencia. Nos hemos preparado de buena forma, pero hay varios aspectos a manejar, como la temperatura y la altísima humedad que habrá en Tokio, que espero no le afecte, pese a que lo hemos preparado ”, cuenta la 'Sargento' Lecumberri.

De querer estudiar arte, pasando por las matemáticas y siempre vinculado al deporte, Ana María Lecumberri siempre buscará mejorar y ser competitiva, porque según dice ella “entrego mi 100% en cada actividad que hago, así es mi estilo de vida”.